Los viajes con los peques pueden ser un momento de harmonía y vinculación familiar, pero también pueden ser un
quebradero de cabeza en el caso de que aparezca un tipo de malestar conocido como mareo cinético. Es una sensación desagradable que se acompañada de trastornos digestivos, bostezos, náuseas, sudores o vómitos. El mareo del viajero se produce normalmente en personas predispuestas. Este mareo cinético es un trastorno del equilibrio. Durante un viaje, el sistema auditivo, encargado de informar al SNC de la posición real del cuerpo, se ve alterado porque los demás órganos de orientación (ojos, músculos) aportan datos incoherentes al cerebro y no pueden ser integrados de forma normal. Si sucede este problema, es preferible realizar paradas continuadas, evitar movimientos bruscos, respirar aire fresco y sin olores fuertes, enfocar la mirada a lo lejos y no pensar en ello. Es poco probable en bebés, pero a partir de los 2 años la sensibilidad al mareo aumenta considerablemente, alcanzando su disminución a partir de los 12 años de edad.
NEO PEQUES® Buen Viaje contiene extractos de plantas que mejoran la digestión y evitan el malestar digestivo y los vómitos, así como vitaminas con acción reguladora del sistema nervioso que favorecen la calma.
La raíz de jengibre (Zingiber officinalis) contiene gingeroles, almidón, lecitinas, ácidos grasos libres y vitaminas (especialmente vitamina C). Es una planta tradicionalmente utilizada como estimulante de la digestión, carminativa, antiemética y antiinflamatoria. Estimula la secreción de saliva y jugo gástrico y posee acción colagoga (incrementa la secreción de bilis). Aumenta, también, el tono de la musculatura intestinal, activa el peristaltismo y ayuda a acelerar el vaciado gástrico. Su actividad antiemética está relacionada con la contracción de la musculatura lisa del tracto gastrointestinal.
La raíz de jengibre está indicada en la prevención de las náuseas y vómitos de la cinetosis (mareo del viajero) y del embarazo, así como la distensión abdominal y la flatulencia. En general, se emplea también como digestivo en caso de dispepsia. Diversos ensayos clínicos aleatorizados han demostrado una eficacia no inferior a algunos antieméticos usuales (metoclopramida, difenhidramina) en la disminución de las náuseas y vómitos, provocados por los desplazamientos o embarazo.
Las hojas de melisa (Melissa officinalis) y las flores de manzanilla (Matricaria recutita) contienen aceites esenciales, triterpenos, sesquiterpenos y flavonoides. Ambos alivian los síntomas de estrés mental y facilitan el sueño, así como mejoran los trastornos digestivos leves, como distensión abdominal y flatulencia.
Las vitaminas del grupo B (vitamina B6 y vitamina B9, entre otras) contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso, con lo que ayudan tanto a la relajación emocional como a la de la musculatura lisa, que interviene en los trastornos gastrointestinales.
Contiene sirope de frutas frescas y miel.
