La L-Carnitina es la encargada de transportar las sustancias lipídicas celulares al interior de la mitocondria,
el orgánulo encargado de la obtención de energía.
Los tejidos que mayor consumo de energía requieren son aquellos que se encuentran fuertemente vascularizados y presentan una cantidad elevada de tejido muscular, entre los que podemos citar el corazón, el hígado y los riñones.
La deficiencia de L-Carnitina dentro de la cadena metabólica puede provocar disfunciones relacionadas con la fatiga crónica o arritmias, de ahí la importancia de mantener unos niveles adecuados de esta sustancia en el organismo.
De forma fisiológica, la L-Carnitina se obtiene a partir de los aminoácidos Lisina y Metionina.